domingo, 23 de diciembre de 2012

Ciudades incomprensibles

En esta ciudad erigida sobre la montaña las calles se parecen a los pasillos y los pasillos a los laberintos. El trazo intrincado de S. prioriza en el placer estético del visitante, dado que es primordialmente turística. Agradable jornadas pueden disfrutarse sin salir de sus laberínticos pasajes o queriendo salir de acogedores claros donde de poco sirve estudiar los mapas (proporcionados generalmente por los anfitriones) pues son inexactos al punto en que se duda si pertenecen o no a la ciudad o si fueron hechos antes o después de la erupción del famoso volcán del que hablan las propagandas...

Al salir voluntaria o involuntariamente de alguno de estos barrios se puede tener la suerte de encontrar un puerto en picada, donde, otrora amantes de los interiores se dieron a la tarea de construir bellas puertas y ventanas que conducen al vacío de las cañadas, algunos hablan sobre una conspiración secreta que intentaba disminuir la población humana y otras fuentes aseguran que se instalaron para darles sensación de privacidad a las montañas que miran desde el otro lado del valle azul. Aquí el mar se desatormenta recordando las perennes miradas enamoradas de varias esculturas que atienden a cada uno de sus movimientos, sin perder detalle. Mientras, bajo el agua los peces conversan de pasados que fueron siempre más turquesas, más níveos...

La población de la ciudad está conformada en su mayoría por gatos, perros, personas, aves, conejillos salvajes y algunos inmigrantes de especies diversas. La economía funciona convencionalmente, como tantas otras localidades: todos desempeñan algún oficio a cambio de un beneficio.

Durante mi estancia en S. conocí algunos guías de turismo felinos que dan paseos, describen monumentos, narran historias, todo con palabras abstractas de gato. Podría ser inaudito en otros lugares del mundo, pero estos guías son perfectos para los grupos de humanos nihilistas que han perdido la confianza en los significados.

Otra comunidad gatuna importante es la de la industria de la basura: existen verdaderos escuadrones de felinos que dedican su tiempo a la exhaustiva separación de los residuos en orgánicos e inorgánicos. Los más apasionados de su trabajo llegan a convertirse en verdaderos eremitas, que miran a los demás desde sus montañas de basura y huyen cuando alguien osa acercarse a distraerlos.

Estas tierras son conocidas por su liderazgo en la creación de comunidades sustentables: gran aportación de la comunidad canina en el desarrollo del autoempleo. Es admirable la templanza de los canes, que en tiempos de crisis, lejos de desesperarse y emigrar, organizaron memorables movimientos sociales y, frente a la locura del ocio, decidieron convertirse en Guardamontañas, (dado que no hay bosques cercanos) decidieron cuidar cuevas y matorrales, así como observar la adecuada erosión de las rocas volcánicas que caracterizan al paisaje. Así pues, es común escucharlos dar alarmas o saludos en códigos que sólo ellos comprenden.

Algunas especies son más propensas por su personalidad a realizar determinadas tareas, pero lo que encomiable de la población de S. es la entrega que cada individuo imprime a sus labores en favor de la ciudad.

He tenido la fortuna de conocer ciudades incomprensibles en distintas latitudes, pero pocas como ésta donde los murmullos de las aves se confunden con el sonido de las impresoras y los peces cuentan sus memorias de generación en generación, mientras sobre la tierra alguien más disfruta de una caminata desorientada en laberintos impredecibles de paredes blancas y azules.

jueves, 14 de junio de 2012

Ciudades amuralladas

Dos ciudades amuralladas en detallada miniatura descubrieron la específica configuración que las unía, sumergidas en el intrincado río de las casualidades a donde habían llegado arrastradas desde remotos y desconocidos lugares después haber participado en la escenografía de otras historias.

Juntas desde aquel momento encerraron un perfecto mundo esférico donde sus habitantes tienen de cielo el suelo de la ciudad gemela en la que se observan reflejados. Contrariamente idéntica acaece su existencia en el mismo punto del universo, irremediablemente.

Transcurren sus vidas, como en cualquier otra ciudad amurallada; pero en el silencio la eterna noche les susurra un mutuo amor por la inasible compañía que los vislumbra desde lejos, en esa suerte de afortunada constelación.

jueves, 17 de mayo de 2012

Acaso sea insensato desear los momentos posibles.

Acaso sea insensato desear los momentos posibles. 
La eternidad nos ha sido otorgada en el abismo de la noche.

Permanecerán grabados los cíclicos movimientos de tu sangre, tu parpadear, los sonidos proferidos que formaron palabras (...) en cada intercambio de fluidos de tus células existe un espacio indeterminado de tiempo que compartimos. Así, hemos desempeñado todos los papeles asignados a nuestros biológicos seres. Durante una vida, una exhalación, unas horas... El valor temporal acaso ha significado la evolución, esplendor y decadencia de civilizaciones inimaginables... 

Dichosos los habitantes de algunas otras realidades en las que el tiempo transcurre misericorde para los que se aman. Acaso seamos nosotros.

domingo, 27 de noviembre de 2011

En construcción

No consideré en el principio el tiempo que podría pasar aguardando cada escorzo, cada perfil y las líneas que veo dibujarse con el movimiento, cada centímetro de tu cuerpo.
No puedo más que atrapar, y eso muy defectuosamente un pequeño ángulo, o más bien, un preciso ángulo de tu existencia (¿y quién hubiera pensado en atraparlos todos como un inasible tesoro?).
Y es que debo idear la manera de poder vigilar mejor tu piel: cada horizonte, cada pendiente, el pequeño zurco y la imperceptible forma de este músculo y aquelllos huesos, los pliegues visibles y los imaginarios, los conocidos…
Eso. Cada momento en cada lugar, todo almacenado de alguna manera para mí y para la historia de la humanidad, para la sempiterna continuidad de tu inigualable cuerpo corrompible.
Sin hablar de tus entrañas y sus misterios, sus movimientos, color y temperatura, su textura.

Desafortunado caso el mío. Al menos por ahora tus palabras puedo guardármelas todas, aunque no sepa lo que significan (¿y quién lo sabe?), pero son certeras y medibles, hecho inmutable.

Envidio a la materia que llega… imperceptible te atraviesa ¡que dichosa! y continua su camino al desconocido universo.

miércoles, 24 de agosto de 2011


Soy siempre otra. El sedimento de alguien más, que se agita dentro de mí.
Hoy me interné en la oscura profundidad de tus ojos; toqué tus pestañas inverosímiles.
Me transformé en uno de tus desesperados miembros, para la sorpresa de nuestro público imaginario, (que nos animaba como de costumbre) las imágenes se sucedieron como en un filme.
Te busqué en el movimiento: un atisbo de ti de pronto, concentrado ocupaste indefectiblemente el espacio, de un modo que creí utópico.
Con tu estructura perfecta, re-creaste mi biológica existencia olvidada tras el muro de los pensamientos cíclicos.
De vuelta al mundo: existimos, es la noticia.
¿Qué puedo decir? Soy sólo una persona…

jueves, 9 de junio de 2011

De las melodías revueltas: La infancia.


La luz del medio día sobre el largo césped verde.

El césped es importante,
cubre casi todo el lugar.
(Parezco un insecto entre el bosque de césped.)
Arriba se ve el follaje de árboles verde oscuro y el cielo muy azul con alguna nube blanca bien limitada, parecida a una etiqueta…
Al caminar encontramos en el suelo grandes raíces,
y una telaraña brillante con su araña propietaria esperando algo con los ojos cerrados,
que nos escuchó hablar acerca de la poderosa estructura que había construido.
Al seguir el muro lleno de plantas y flores,
escuché la historia:
Hermano y hermana trepaban el alto muro y entraban a la casa de un arquitecto famoso, decorada a la vanguardia de aquellos años, la casa permanecía sola casi siempre.
Había un potente aparato de audio
y al parecer alguien disfrutaba la música clásica.
Una piel de cebra debió ser mencionada, el nombre del arquitecto y su césped bien cuidado.
Del otro lado del muro, una banca de metal para nosotros dos y muchas hojas en el suelo, junto a las hojas, las raíces, y arriba grandes árboles. Un acueducto y los planes en futuro. (Yo imaginando lo que alguien dijo sobre que debajo de la tierra las raíces de algunos árboles son de tamaño similar al de sus ramas al aire.)

Sobre las melodías perdidas.


Las que no creí necesario clasificar y están revueltas

Fluvium
Estoy sentada junto a ti en esta banca de madera rústica,
veo la luz cenital atravesando el aire transparente,
golpea las baldosas y se refleja en las cuatro paredes por entre los arcos.
Creo que todo parece muy limpio,
escucho tu voz suave a la izquierda,
muy suave
muy suave
me habla de cómo fueron las construcciones de los romanos y cómo las de los nórdicos en la antigüedad.
Fluvium, es la palabra que designa la construcción hecha para recibir y conservar el agua de la lluvia, ya la juntaban los romanos.
Fluvium, no lo hubiera imaginado.
Miro tu perfil iluminado,
hubiera deseado esa luz por más tiempo sobre tu nariz fina;
la cara blanca y los ojos cafés:
Concentrado en algo que miran tus ojos y que yo no puedo ver.

La canción anterior a la que va antes de la última: Parte dos.


Aquí yo te escucho hablar sobre un fragmento de la Historia Mexicana.

Hay cosas que ya me has dicho,
pero las escucho atenta observando emoción en tu cara.
Frente hay un estanque verde, veo flotar hojas verdes y otras cafés.
El cielo está azul, oigo voces a los lejos
y aves.
Pero estoy en ti.
Tus palabras me llenan todo el cuerpo,
creo que son partículas vivas que van ocupando todos los resquicios,
van hasta mis pies y me van llenando.
Entran por mis oídos, por mis ojos, por mi nariz y por mi boca mientras respiro.
Y te miro.
No tengo nada que decir.
Miro los árboles absorta.
Y la perspectiva de la construcción:
--Aquí vivía Maximiliano y Carlota, este era su estanque.
No ha quedado espacio para mis pensamientos.
Puedo tocar tu mano.

Boceto uno, de las melodías que no existieron: Criba mental.


Nadaba en el sonido que había salido de tu boca, tranquila y confiada.
Me asía de unas palabras que me regalaste, transparentes, brillantes, redondas, como rocas de río. Hoy me he sorprendido al mirar que no están donde las habías puesto, y que la atmósfera ha cambiado, no es más un lugar conocido. Toco el espacio donde creí que habían estado. Me esfuerzo pensando las hipótesis de su desaparición, quizá son parte de lo que se escapó de la criba. Las veo como grandes caramelos-roca que se sentaron a la orilla y se fueron derritiendo, mientras también la corriente se secaba.
¿Dónde quedó todo aquello?... Sigo esperando ver tu auto desde lejos.
¿Y si yo misma he cambiado y estoy irreconocible?...He perdido las pruebas de que éramos nosotros dos. Sólo podría intentar convencerte con palabras.

De lo que hay en tu cabeza y decide sin consultar


Hay en tu cabeza un filtro por donde se perdieron algunas palabras que me dijiste, lo sé por que a algunas las atrapé en el aire, antes de que se rompieran al tocar el piso.

Unas hablaban de Nuestro Paraíso Personal.
Imaginé: tú y yo caminando entre grandes hojas tropicales cubiertas con gotitas de agua,
(sin insectos, pues aquello era el paraíso)
abismados en la naturaleza, pero sintiéndonos unidos.
Me imagino la imagen en tu mente (...)
por lo de Personal aquel territorio debía ser reducido,
como un cuadro de selva-bidimiensional pintado con acrílico pero con contrastes complementarios.

Boceto dos.


Cuando caminaba sobre la playa he tomado considerables cantidades de arena entre mis brazos, las he apretado contra mi pecho como he podido, tras decidir que debía ser mía.

Con el paso del tiempo me he cansado de sostenerla cuidadosamente, he empezado a perderla.
La miro caer lentamente, en ocasiones grano por grano
Me veo perdiéndola toda irremediablemente, aunque he dejado de hacer todo lo que me impida cuidarla.
Me ataca un espasmo respiratorio junto con el pensamiento de la pérdida total en el futuro. Sé que la arena que he perdido no la podré recuperar, ni reconocerla.
Ningún consuelo imagino ante el final que diviso desde este lugar.

viernes, 22 de abril de 2011

Jun 30, 2008


Brillo a contraluz, iridiscente
mi piel es blanca, se puede sólo mirar.
En el silencio oigo todas las burbujas del mundo reventar en un diálogo incomprensible y continuo,
capa de espuma.

La luz sobre los ojos bajo el agua,
a través de una red de jabón me limpio la mirada viendo la lámpara.
El vapor de mi pelo es gris con blanco, brillo de colores.
Encerradas, las voces se desprenden hacia el aire.

De lo que se sospecha al colgar el teléfono


Aug 10, 2008
Lo que pasa es que como pequeños animales nerviosos ellas se han espantado al sentirse observadas,
y se distraen con tu discurso bien estructurado.
Lo que pasa no puedo decírtelo como si dijera una dirección,
ellas te miran atentas con sus ojos redondos y negros esperando que calles,
para decirte bajito, lo que deberías leer entre líneas.
Y yo, sospecho que lo que estaba al final de este camino largo y oscuro que atraviesa la ciudad,
ha cambiado de lugar.